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17 abril 2013

Yo no hago deporte

Yo no hago deporte. ¡Ale! ¡Ya lo he dicho! ¿Que por qué? ¡Uy! Porque hace frío ahí fuera… porque me falta leche me voy al súper… porque ya a estas horas para qué… porque hay una mota de polvo voy a hacer limpieza… ante este panorama comprenderéis la enorme, infinita, admiración que me provocan estos valientes. Unos pirados que madrugan más que el sol para ir al gimnasio, que aprovechan su hora de comer para hacer unos largos, que no salen el fin de semana y se van a pedalear unas horas el domingo… Madre mía ¡cuánto sudor! Y trabajo, cuánto trabajo para poder darlo todo el día 4 de mayo, desde la salida hasta la meta.

Y ahí entro yo.
Una competición me supone meses de preparación. Sí, sí, A MÍ. Antes del gran día te pasas semanas escuchándoles planear la estrategia a seguir, aprendes que hay que respirar cada dos pasos, que es mejor dejar las zapatillas enganchadas en la bici, en qué momento es mejor llevar gorra, que para nadar bien hay que levantar el codo en el recobro… ¡pero bueno! si es tirarse al agua y mover los brazos ¿no? Ni en la comida te libras: hidratos para comer, hidratos para cenar, hidratos para desayunar ¡claro! ellos luego los queman ¿pero yo? ¡Cartuchera que te crío! Y comenzamos el viaje, cargaos’ como si fuéramos a cruzar el estrecho, repasando el material una y otra vez, ¿has cogido imperdibles?’, ‘¿llevas la gorra?’, ‘¡que no se me olvide el cronómetro!’. Y al llegar al destino es peor, se juntan todos y la tensión aumenta. Tú quieres hacer turismo e ir de cañas pero nooooo, empiezan los preliminares: sígueles mientras estudian el recorrido, repasan las normas, visita a la Feria del corredor, haz el agujero en el dorsal, comprueba las pegatinas ¡y otra vuelta a la Feria del Corredor!... Se pasan los minutos y siguen planeando si dejan la bici “aquí” o “aquí”, y les miras y piensas ¡pero si la diferencia son 10 milímetros a la derecha!
A todo esto te encargas del twitter, del facebook y del whatsapp. Los de fuera quieren noticias y por supuesto fotos, muchas fotos.
¡¡Por fin llega la hora de la carrera!! No, la suya no ¡la mía!
¡Disparo de salida! Tuitéalo, haz foto. Búscales en el agua… ¡por Dios! 2.000 personas con el mismo gorro, ríete tú de buscar a Wally en un partido de Atleti. ¡Salen del agua! Organización: “tú quédate aquí hasta que salgan todos y haz fotos que yo voy detrás de éste”. Corre que te corre de la línea de salida hasta la zona de transición, la minifalda por las axilas, pierdo la chancla por el camino (lo sé, lección aprendida), ya está en su sitio, y… ¡prueba superada! tengo un video del paso de neopreno a bicicleta. Tuitéalo.
Ahhh y a todo esto: ¡anímales! Ahí vienen, a gritar: “¡ánimo! ¡tú puedes! ¡Corre, que ya lo tienes! Ahí se acerca… y entonces te das cuenta de que llevas un minuto gritándole a un rubio que se está planteando si retirarse de la carrera con tal de no pasar por delante de esa loca que no para de chillar.
Otro tuit: “ya dejan la bici, todos en la carrera a pie”. Y tú corre que te corre a la línea de meta, oye, años de llegar de las primeras a las rebajas del Corte Inglés por fin dan su fruto. Tienes un buen sitio. Le suplicas a uno de la organización que te de una botella de agua, gran idea la de hacer estas cosas a mediodía en agosto. Coges aire, cuelgas fotos, mirada en el horizonte, cámara en alto, -“dijo que tardaría 20 minutos”, -“da igual ¿y si les da por meter caña?”.

Allí vienen, rojos, sudando, cojeando, quemados, con la misma cara que si corriesen sobre clavos ardiendo, y les observas, y piensas: ¿pero qué necesidad…?
Y llegó el momento, se acercan, cambian la cara, sonrisa ¡¡CRUZAN LA META!!… y paran el cronómetro, pero ¿¿a quién le importa el tiempo?? ¡¡¡Lo han logrado!!! Foto. Gritos. Más fotos. Tuitéalo.
Y te ven, se acercan, y te besan. Tu corazón va mil por hora, yo sí que voy a tener agujetas mañana… ¡pero en la cara de tanto sonreír!
¡¡Viva el deporte!! ¡¡Vivan los deportistas!! (Tuitea eso, que te ha quedado bonito)
¿Que qué necesidad? Ellos te dirán que por superación personal, que por conseguir un reto, que por ganar a los contrincantes… lo que tú digas, pero para mí es por su cara. Por esa sonrisa.
Esa sonrisa que este año ¡va por los niños! Para que ellos puedan tener también esa cara.
Por cada uno de vosotros que habéis puesto vuestra ilusión, vuestra confianza y vuestro dinero en esto porque sabíais que lo conseguirían. ¡Gracias! Si conseguimos 15€, genial, un niño tendrá libros nuevos que leer mientras le ponen su cuarta sesión de quicio o un muñeco nuevo al que abrazar mientras le hacen una punción. Sus padres han tenido que dejar el trabajo para estar ahí, dándole la mano… ¿y si conseguimos 500 y les pagamos un piso donde dormir y ducharse cerca del hospital?
Los voluntarios de Pyfano van cada día a jugar con los niños ingresados, apoyan a sus familias psicológicamente, resuelven sus dudas, y estos valientes corren un triatlón. ¿¿De verdad te vas a quedar fuera de esto??
¡¡Ellos corren, nosotros patrocinamos!!

P.D. A los malnacidos que han asesinado a tres personas y herido a 183 en la maratón del Boston: “habréis conseguido unos minutos de telediario, pero os jodéis, porque este año volveré a estar detrás de la valla y pienso gritar más que nunca”. 
Sabela