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15 abril 2013

Yocorrotudonas en ICAL

Este es el reportaje que nos regala Jorge G. Trevín en la Agencia ICAL


Siete amigos ponen en marcha una iniciativa para disputar un triatlón para recaudar fondos para una Asociación de padres con niños enfermos de cáncer. Serán los 750 metros a nado, los 20 kilómetros sobre una bicicleta y los cinco corriendo más especiales de sus vidas y con un objetivo irrenunciable en mente. Aunque flaqueen, aunque les duelan las piernas, aunque se queden sin resuello…no deben abandonar jamás. Hay que llegar como sea. “Si hace falta, que se tomen un pequeño descanso pero hay que tratar de no pararse antes de tiempo porque terminar supondrá una donación mayor”. Así los motiva Jesús Barros, el motor de una idea con fondo solidario con la que llevaba soñando muchísimo tiempo. Hace unos meses les propuso a varios de sus amigos de toda la vida participar juntos en una prueba deportiva. No se anduvo con medias tintas y apuntó hacia un desafío muy exigente, el triatlón. Volcado en el atletismo de unos años a esta parte, Barros está familiarizado ya con el sacrificio que supone competir a ciertos niveles y la preparación previa que requiere. Quería que su entorno sintiera la llamada del deporte “con la intención de que la gente cercana valorara el esfuerzo que supone preparar un triatlón, algo que precisa muchas horas fuera de casa, salir a entrenar a destiempo e, incluso, dejar a un lado a la familia por momentos”. Pero además, en esa propuesta vio el camino perfecto para cumplir su objetivo del que sólo le separaba una pregunta: “¿Y si además de lograr el aplauso hacemos que nuestro esfuerzo valga para algo”. Y ese algo se llama Pyfano, la Asociación de Padres, Familiares y Amigos de niños oncológicos, un colectivo -al igual que muchos otros- afectado también por los recortes derivados de los rigores de la crisis y que, al contrario de otras organizaciones de mayor tamaño que pueden llegar a ser autosuficientes en tiempos complicados, no tiene la entidad suficiente para valerse por si misma. “Les han reducido las subvenciones y, aunque están pasando dificultades, continúan haciendo una labor muy importante no solo con los niños, sino también con sus familias”, reconocen los corredores. Y por Pyfano nació ‘Yo Corro, Tú Donas’, el equipo de atletas amateurs que el próximo 4 de mayo se pondrán el bañador y calzarán las zapatillas para intentar contribuir a dulcificar la dura vida de esos pequeños y atemperar el sufrimiento de quienes les quieren. 

Sin miedo al fracaso 
El reto les caló tan hondo que no importa si la mayoría jamás ha participado en una competición o si, como ha sucedido en algún caso, se han visto obligados a comprar una bicicleta para poder prepararse. “Tienen tal entusiasmo que se han olvidado de que se trata de un triatlón”, aclara Jesús admirado por el tesón de José Luis, Úrsula, Fran, Ana, Manolo y Juan, quienes en algunos casos llevan dos meses “entrenando a tope, buscando patrocinadores y muy motivados”. El objetivo final está por encima de su miedo a no dar la talla. “Hacerlo por los niños enfermos los motiva a prepararse todavía más”, explica el creador del proyecto que tiene su reflejo en la web www.yocorrotudonas.org donde cada triatleta va narrando a diario sus sensaciones y en la que ya se han empezado a recoger las primeras donaciones. Concebido como un reto cercano, de tú a tú, quienes se solidaricen con él tendrán la oportunidad de patrocinar individualmente a un sólo deportista, una especie de apuesta personal. Dado que son tiempos complicados para los bolsillos, los atletas partirán desde la línea de salida con dos simbólicos euros por cada respaldo e irán sumando un euro más por cada tramo que superen. Así, cada corredor que logre cruzar la meta final, habrá sumando cinco euros por cada uno de sus patrocinadores individuales. 

Primeras donaciones 
Con la cautela propia de quienes hacen algo por vez primera, reconocen sentir en ocasiones miedo “al haber dinero de por medio”. No manejan expectativas ambiciosas y se daría por contentos, reconoce Jesús, si el 60 por ciento de los amigos de cada uno se solidariza con la causa. Las primeras sorpresas, sin embargo, ya se han producido “y eso que apenas se ha publicitado la iniciativa pues de momento se ha limitado a breves menciones a través de las redes sociales”. La voz ha empezado a correrse. Que el boca a boca funciona lo demuestran los 500 euros que uno de los participantes ya ha logrado recaudar en tres días únicamente hablando de ‘Yo Corro, Tú Donas’ entre su círculo más cercano. En la web, quien lo desee dispone del número de cuenta en el que poder hacer la donación y son ya un buen puñado de personas las que han aportado el granito de arena. Quizá por eso, Jesús y sus amigos tienen muy claro a estas alturas que su idea debe intentar no ser flor de un día y repetirse, al menos, una vez cada año con la finalidad social como motor. “Nos gustaría seguir trabajando con gente que lo necesite y revertir nuestro tiempo en ayudar”, afirma un orgulloso Jesús convencido de que al rendimiento económico que puede dejar el proyecto en el que se ha embarcado junto a sus amigos se sumará la gran visibilidad que su idea le puede dar a Pyfano, un buen cebo para darse a conocer más y que la gente se fije en su admirable labor. El 5 de mayo algunos necesitarán un masaje, otros van a tener que curar alguna ampolla inoportuna, a la mayoría de estos siete atletas amateurs probablemente les duela cada músculo del cuerpo e, incluso, quizá guarden para siempre en la memoria ese mareo que estuvo a punto de hacerles tirar la toalla en Sevilla, el lugar donde se celebra la prueba; un sitio donde el calor aprieta pero nunca tanto como sus ganas. Cuando cierren los ojos y escuchen los quejidos de su cuerpo magullado, el alma se encargará de recordarles que el día anterior no necesitaron bebidas isotónicas o barras energéticas para seguir adelante y que el tiempo final fue lo de menos. Habrán superado sus límites para hacer felices a quienes peor lo pasan.